viernes, 20 de abril de 2012

Besitos de whisky

Recuerdo que una vez
conocí a una de esas personas
que puedes creer que son únicas.
Era rubia y sus ojos ardían,
cuando estábamos hablando
en la cama después de follar
sobre que el mundo debía acabarse
yo pensaba que ya
se había acabado,
me imaginaba que el mundo
eran esas cuatro paredes
y me sentía contento
de que no hubiera nada más.
Estábamos desnudos,
uno al lado del otro
tan pegados que parecíamos
un apéndice más de la cama,
dos muebles que respiran
como cuando estás
en un viaje lisérgico.
Siempre bebíamos lo mismo,
primero cerveza
y luego whisky,
y siempre follábamos otra vez
cuando estábamos tocados
y delirando, y disertando.
Acabábamos muy cansados
y siempre eras tú la que
se bebía el último vaso
de whisky.
A mí me cabreaba porque
quería beber más,
mucho más.
Pero siempre sabías recompensarme.
Yo me intentaba dormir mientras
tu apurabas hasta la última gota
y entonces, acabado todo
me dabas un beso
con los labios mojados,
un besito de whisky,
y yo ya me dormía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario