lunes, 13 de agosto de 2012

Cada día nuevo una patada al ego,
un quiero y no puedo,
 un falso no pasa nada,
saber que entre un abrazo
y el desprecio sólo hay una calada,
que estás en la cama dormida
y yo con los dientes blancos
de comer techo,
me salgo a la terraza a beber
para ver si me calmo,
fumo demasiado y a veces
digo cosas raras, pero la mayoría
no son ciertas o no son pensadas.
Se va el sol a las dos de la tarde
y yo busco algo que me reconforte,
no como nada y me voy a la cama,
fumo e intento no pensar en nada,
que idiota! si tu olor
aún está en mi almohada!
no dejo de pensar y no
me aclaro con nada,
que ahora que los besos
son para pasar el tiempo
el deporte ya no es  quedarse sin aliento.
Me mata el tiempo porque no pasa,
plegarias que son ofrendas
porque ya nada me alivia.
Busco las palabras pero no
encuentro casi nada,
solo un revolver para ruleta rusa
cargado con seis balas.

sábado, 4 de agosto de 2012

Eterno retorno

Estudié a Nietzsche en el instituto, pero ya no recordaba mucho. Hace un par de años lei "La insoportable levedad del ser", de Milan Kundera, y recordé una idea que me pareció muy curiosa en su momento: el eterno retorno. El eterno retorno del que hablaba Nietzsche venía a decir que la vida no era un ensayo, que solo había una posibilidad de jugar, de actuar. También venía a decir que todo se repite indefectiblemente, todo lo pasado vuelve, de una forma u otra. Hoy lo he recordado porque la verdad es que tiene razón. No hace más que repetirse lo que pasó, lo que ya se creía olvidado, las piedras, los vómitos, los cigarros del revés, llorar por los mismos dolores, insomnios de coca y sufrimiento, patadas, deslices, malas estrellas y hadas madrinas que se fueron de after y no volvieron. Esperemos que la próxima vez que recuerde a Nietzsche sea porque algo bueno ha vuelto.

jueves, 2 de agosto de 2012

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Estoy triste y no puedo dormir. Mi madre me ha quitado el trankimazin. Debería estudiar pero sólo puedo pensar, no sé en qué pienso, pero no es bueno. Tengo un demonio en el hombro que no me deja de agobiar. Me acabo de fumar mi último cigarro. Me siento estresado y muy cansado, y eso que no trabajo. Tengo que sacar la entrada para el concierto de Rafael Lechowsky, espero ir contigo. Quiero raptar al tiempo y que el rescate a pagar sea una botella de whisky, dos vasos, un paquete de Camel y otro de Amsterdamer. Este fin de semana no voy a salir de casa, no me apetece. No voy a subir la persiana mañana, que le den por culo al sol. No quiero estudiar, no me gusta lo que estudio. Quiero escribir y terminar el libro, y quizá así tener suerte y poder vivir de ello. Quiero una casa con huerto y una hamaca en el porche. Me apetece pegar a alguien. Me apetece empotrarte contra la pared o contra la pila del baño. Me divierte colarme en residencias, aunque sea con objetivos distintos. Me gusta el parque y sentarme en la hierba a no hacer nada. Me apetece darme un paseo. Me voy.