sábado, 13 de octubre de 2012

ciclo vital

Conocer, soñar, crear, beber, sentir, follar, mentir, mantener, forzar, caer, olvidar.

lunes, 13 de agosto de 2012

Cada día nuevo una patada al ego,
un quiero y no puedo,
 un falso no pasa nada,
saber que entre un abrazo
y el desprecio sólo hay una calada,
que estás en la cama dormida
y yo con los dientes blancos
de comer techo,
me salgo a la terraza a beber
para ver si me calmo,
fumo demasiado y a veces
digo cosas raras, pero la mayoría
no son ciertas o no son pensadas.
Se va el sol a las dos de la tarde
y yo busco algo que me reconforte,
no como nada y me voy a la cama,
fumo e intento no pensar en nada,
que idiota! si tu olor
aún está en mi almohada!
no dejo de pensar y no
me aclaro con nada,
que ahora que los besos
son para pasar el tiempo
el deporte ya no es  quedarse sin aliento.
Me mata el tiempo porque no pasa,
plegarias que son ofrendas
porque ya nada me alivia.
Busco las palabras pero no
encuentro casi nada,
solo un revolver para ruleta rusa
cargado con seis balas.

sábado, 4 de agosto de 2012

Eterno retorno

Estudié a Nietzsche en el instituto, pero ya no recordaba mucho. Hace un par de años lei "La insoportable levedad del ser", de Milan Kundera, y recordé una idea que me pareció muy curiosa en su momento: el eterno retorno. El eterno retorno del que hablaba Nietzsche venía a decir que la vida no era un ensayo, que solo había una posibilidad de jugar, de actuar. También venía a decir que todo se repite indefectiblemente, todo lo pasado vuelve, de una forma u otra. Hoy lo he recordado porque la verdad es que tiene razón. No hace más que repetirse lo que pasó, lo que ya se creía olvidado, las piedras, los vómitos, los cigarros del revés, llorar por los mismos dolores, insomnios de coca y sufrimiento, patadas, deslices, malas estrellas y hadas madrinas que se fueron de after y no volvieron. Esperemos que la próxima vez que recuerde a Nietzsche sea porque algo bueno ha vuelto.

jueves, 2 de agosto de 2012

.

Estoy triste y no puedo dormir. Mi madre me ha quitado el trankimazin. Debería estudiar pero sólo puedo pensar, no sé en qué pienso, pero no es bueno. Tengo un demonio en el hombro que no me deja de agobiar. Me acabo de fumar mi último cigarro. Me siento estresado y muy cansado, y eso que no trabajo. Tengo que sacar la entrada para el concierto de Rafael Lechowsky, espero ir contigo. Quiero raptar al tiempo y que el rescate a pagar sea una botella de whisky, dos vasos, un paquete de Camel y otro de Amsterdamer. Este fin de semana no voy a salir de casa, no me apetece. No voy a subir la persiana mañana, que le den por culo al sol. No quiero estudiar, no me gusta lo que estudio. Quiero escribir y terminar el libro, y quizá así tener suerte y poder vivir de ello. Quiero una casa con huerto y una hamaca en el porche. Me apetece pegar a alguien. Me apetece empotrarte contra la pared o contra la pila del baño. Me divierte colarme en residencias, aunque sea con objetivos distintos. Me gusta el parque y sentarme en la hierba a no hacer nada. Me apetece darme un paseo. Me voy.

lunes, 23 de julio de 2012

Hielos contra el vaso.

Esperaba que volviese,
como un recuerdo infantil
reía al evocar todo lo que había
mientras bebía whisky,
me sentaba en la cocina
a oscuras, con la mente
descolocada,
y lo único que se podía oir
eran los hielos chocando
contra mi vaso.
Era adicto a ese ruido
y lo sigo siendo,
como ver un duelo
o un combate de boxeo.
Tosiendo como un minero,
escupiendo sangre
como un canceroso
cuyo pulmón
ya no funciona,
pero era mi corazón
el que estaba lleno
de ceniza y negro.
Descalzo pero sin playa,
desnudo pero sin ducha,
borracho pero no contento,
timido como una puta
que debuta,
llorando como esa misma mujer
preguntando qué cobrar
por una mamada
en el asiento de un coche.
Volando más alto que tú
pero sin parar de caer,
tapones para los oidos
y preguntas sin resolver.
Droga de farmacia en el bolsillo
para después de los vasos,
coma en el sofá
para olvidar que no te olvido.
Que espero que se levanten tus muertos
y te lleven con ellos
al infierno del que no debiste salir,
yo me quedo en la cocina bebiendo,
reflexionando, pensando, aspirando,
sabiendo que no eres nada
y yo soy liberto.

domingo, 15 de julio de 2012

Dias largos

Días largos, en los que el papel está mojado y el sol pega más que un viaje lisérgico. Era ese martes, ¿o tal vez era miércoles?, la verdad es que no importa mucho, llevaba mucho tiempo sin saber que día era, muchas mañanas encontrándome al vecino trajeado en el portal mientras salía el sol, y cambié un tiempo. Estuve "des-intoxicándome" -¿se deja alguna vez?- y una noche me desperté sudando, o eran lágrimas y por eso estaba mi cara empapada, pero las penas y los espejos rotos no importan apenas cuando lo que ocurre es que nada es lo que parece, cuando tienes las maletas agavilladas como un buey, cuando las palabras son una meada que se va con tirar de la cadena. Llevaba despierto desde que amaneció, pero no me levanté de la cama hasta que el sol estuvo a noventa grados. Estaba solo en casa, y eso no era nada malo, llevo desde los ocho años queriendo irme, justo cuando el cerebro comienza a relacionar y a pensar un poco más sobre el entorno que le rodea. Abrí una botella de vino y con la prima copa vino la vomitona, me bebí otra y la volví a vomitar. Entonces bebí cerveza hasta las siete de la tarde, mientras pulía el resto de un chivato de yeyo. Comí un poco y me aburrí, entonces te llame, TE LLAME. -¿por qué cojones lo hice?-, y quedé contigo en en Malasaña. No estaba agusto contigo, pero necesitaba cariño. Yo sabía que era todo mentira, que estar por ti fue peor que intentar desengancharme, y aún así quedé contigo a las diez.

 Me puse guapetón y pille en el chino un par de litros, los cuales me pinché antes de salir de la línea siete. Salí en Tribunal, me encendí un cigarro, me pillé una yonkilata en un chino y me senté en un banco a esperar. Por fin te vi, pero tú no me viste. De repente me sentí fatal nada más verte, estabas echando un porro y estabas guapísima. Pero me diste asco, me sentí más vacio que mi lata. Entré otra vez al chino, pille dos yonkilatas y me metí para el metro, camino a mi barrio, sin decirte nada. No me pediste explicaciones, no me llamaste para insultarme ni nada. Creo que ambos sentimos lo mismo, creo que me viste y pensaste lo mismo que yo. No volvimos a hablar. Esta todo mejor así. Al fin y al cabo, la verdad es cosa, ergo, la mentira no puede serlo, no es nada.


lunes, 9 de julio de 2012

Días que mejoran.

Me levanto a las dos de la tarde y sin ganas de nada, con resaca, acordándome de la madre del insomnio. Las piernas me tiemblan y me dan arcadas, me entra la ansiedad, hay demasiado sol. Me bajo al chino a por unos litros y unos cigarros, que es la única forma vital que conozco de arreglar-me todo este malestar. Ando en pelotas por mi casa y pongo música buena, hago como que bailo mientras bebo. Ya todo va mejorando un poco, me acuerdo de ti y sonrio, he soñado contigo y eso siempre es algo bueno. Va bajando la marea y el mundo vuelve a girar, me vuelvo a acordar de ti y se vuelve a parar. Da asco levantarse pero así da gusto volver a la vida, termino una cerveza y abro otra, y me fumo otro cigarro. Me llega un mensaje tuyo y se me iluminan los ojos, que te vi cuando empezaban a cantar los pájaros y ya me parece mucho tiempo. Voy a mi habitación a vestirme, veo una foto de lo único que he querido y la guardo en un cajón, que tenerla a la vista cada día no es bueno para mi salud. Te contesto y cada cosa que llega cada cientoveinte segundos es mejor que la anterior. Me pone más cerder un beso tuyo que una mano en el pantalón. El día está mejorando. Va mejorando, me voy sintiendo mejor. Me falta verla, y una botella de rón.

martes, 3 de julio de 2012

Yo qué sé

De estar escribiendo y de repente darte cuenta de que has estado repasando todos tus errores y han pasado del boli al papel. Leer de nuevo ese papel y joder, me rio y no es por el alcohol. Me he dado cuenta de que no importas y de que las palabras no importan una puta mierda si luego duermo contigo y sueñas con otro. Rompo el papel, me abro otra cerveza y ni te llamo ni te contesto. Paso de ti, que es mejor así.

viernes, 22 de junio de 2012

Soy el chaval que no te coge el teléfono.

Compara. ¿Cómo ha sido mejor? Antes las llamas dolían, los recuerdos estaban empapados en gasolina y pensabas que había que conformarse porque es normal que los calderos y las fraguas sigan ardiendo y dañando el corazón hasta que la oscuridad detenga el reloj. Buscas. Porque no es agradable. ¿Qué hago? Buscas. Busco. Buscamos. ENCONTRAMOS, y no se apaga nada, pero llueve un poco y duele menos, y yo no te cojo el teléfono, pero cojo una melopea cada hora. ¡Ah, qué gusto sentir de repente un chorro helado que despedaza a Mefisto y le impide martillear durante veinte segundos o dos horas! No te engañes. Porque todo pasa. Y pasa. Y ya no se conforma con soplar el fuego. Ya no existe el fuego ni el agua. Se ha apagado y se ha evaporado. Sólo quedan unas ascuas que te hacen desear matar todo lo que tienes. Matarlo todo mientras lo miras a los ojos y sientes como los restos pútridos de las deshilachadas vidas que fueron todo lo que amaste se escapan de las pupilas del rostro cuyo cuello aprietas con las manos.

ANSIEDAD

martes, 5 de junio de 2012

True story

Una vez lei una cosa muy acertada. Decía que los polvos no eran buenos si encontrabas tu ropa a la primera. Y la verdad es que tenía razón, pensé en situaciones opuestas y era verdad. Una vez conocí a una chiquita que era bastante cerda y tal, ¿sabéis?, y bueno, fue un polvo bastante deprimente, de esos que tienes que hacerte tu mismo la paja delante suya para correrte. Puse una excusa mala mala y le dije que se tenía que ir, y efectivamente, tardó menos de dos minutos en vestirse.

Poco después conocí a otra que era un poquillo fea, pero tenía buen cuerpo y además un buen sentido del humor, que parece que no, pero es muy importante. Bueno, pues estuve con ella en mi habitación bebiendo litros y escuchando rap gangster de ese de turulos en lavabos y nah, estaba contandome una cosa que me daba igual así que le comí la boca y se puso cachondísima en un segundo, se transformo y se volvió una bestia. Un polvo de esos que tienes que morder un palo para que no se te rompan las cuerdas vocales. Terminamos y estuvimos un ratillo en la cama y ya me dijo que se tenía que ir. Tardó como treinta minutos en encontrar bragas, calcetines, camiseta y demás y vestirse. Hasta cogió el condón y lo tiró a la basura, que chica más maja.

lunes, 4 de junio de 2012

El regalo que siempre quise.

Cuando era pequeño y llegaba la navidad a veces no me regalaban nada. Otras veces me traían algún juguete al que no prestaba atención, ya que yo siempre quería otras cosas. Una de las cosas que siempre deseaba (y aún deseo) es una pistola. Siempre rezaba porque dentro de aquella caja con lazo hubiera una pistola semiautomática. Si me la hubieran regalado hubiera sido todo más fácil y divertido, hubiera disparado sin temblar a muchos chavales del colegio, a muchos profesores, a algún hijo puta del barrio y a unos cuantos familiares. Padres, regalad una pistola a vuestros hijos: les hará independientes, más fuertes y decididos a afrontar sus problemas. ¿Por qué dejar que el crío lo pase mal con determinados sucesos? Ayudadle de verdad. Eso sí, en casa guardad las balas bajo llave y solo dárselas cuando haya cruzado la puerta.

domingo, 13 de mayo de 2012

Calor

Pasado media noche, tirado en el sofa,
cansado, hastiado, bebiendo whisky,
mi móvil no deja de pitar
y en la calle oigo borrachos
sentados en las aceras,
así entonces no puedo dormir,
que tú y el cognos
me habéis quitado el sueño esta noche.
Tengo la tele de fondo
y una zorra anuncia
un aparato para tener
más larga la polla,
pero ni caso,
que en mi cenicero
no hay hueco
y estoy tachando errores.

Y ahí sigo.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Cuando sudaba oxitocina.

No me dolió tanto ni ese día
que estaba colocado de setas
y empecé a quemarme la mano
con un cuchillo al rojo.
¿Pensabas que iba
a ser diferente todo?
No ha cambiado nada
desde 2005,
yo sigo siendo el mismo
aunque me intente convencer,
aunque intente cambiar
para complacerte,
pero,
tú,
no puedes entenderlo,
y yo no paro de
preguntarme
por qué.
Creo que ahora soy una persona
más débil.
Tus paredes dactilares
han sido frías
y han helado más mi espesa sangre,
han coagulado mi alma.
Algunas noches llego borracho
e intento hablar contigo,
solo me pasa así,
en los demás momentos me da igual.
A la mañana siguiente entre aspirinas
y diazepam me arrepiento
de intentar martillear
una roca.
 Soy ingenuo y me creí cosas
que resultaron ser mentira,
ya fueran palabras, golpes
o abrazos.
Épocas buenas,
cuando sudaba oxitocina
y la vida era breve,
empeñado en no fallar
cuando andas suspendido
en una cuerda,
amanecer y punto,
y quedarse con los malos,
que los buenos aburrieron. 

viernes, 20 de abril de 2012

Besitos de whisky

Recuerdo que una vez
conocí a una de esas personas
que puedes creer que son únicas.
Era rubia y sus ojos ardían,
cuando estábamos hablando
en la cama después de follar
sobre que el mundo debía acabarse
yo pensaba que ya
se había acabado,
me imaginaba que el mundo
eran esas cuatro paredes
y me sentía contento
de que no hubiera nada más.
Estábamos desnudos,
uno al lado del otro
tan pegados que parecíamos
un apéndice más de la cama,
dos muebles que respiran
como cuando estás
en un viaje lisérgico.
Siempre bebíamos lo mismo,
primero cerveza
y luego whisky,
y siempre follábamos otra vez
cuando estábamos tocados
y delirando, y disertando.
Acabábamos muy cansados
y siempre eras tú la que
se bebía el último vaso
de whisky.
A mí me cabreaba porque
quería beber más,
mucho más.
Pero siempre sabías recompensarme.
Yo me intentaba dormir mientras
tu apurabas hasta la última gota
y entonces, acabado todo
me dabas un beso
con los labios mojados,
un besito de whisky,
y yo ya me dormía.

domingo, 1 de abril de 2012

¿Y tú?

-Y tú, ¿en qué te gastas el dinero?
-Pues yo en experiencias, ¿y tú?
-Mmmm...yo me compro cosas..
-Pues ya sabemos quién tiene más.

jueves, 29 de marzo de 2012

.

Esto lo escribo de carrerilla,
sin pensar, a ver que sale,
porque me apetece escribir algo
para paliar el dolor y la angustia,
pero me he dado cuenta
que ahora mismo no tengo
nada que decir.
He discutido contigo
y me da rabia,
así que me enajeno y tiro
la botella de cerveza vacía
contra la pared,
y hoy aún me da miedo
andar descalzo
por si me pincho.
Cuando empezó no sabíamos
que iba a pasar esto,
las cosas cambian y punto,
pienso ahora,
y todo ha ido a mejor aunque duela,
me gusta acabar mal,
me gusta que te cabrees
y que me llames gilipollas,
me gusta darte asco
porque tú a mí me das el mismo.
No iba a decir nada,
pero eres un tema recurrente,
no tanto como el despertar
o el alcohol y los trankimazines
en mi día a día.
Tengo las setas guays ahí,
en una caja, bien secas,
y creo que voy a comer unas cuantas
bastantes a ver si tengo suerte
y alucino para verte.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Café y trankimazín.

Reflejo traumas con seña
de identidad en mi pared,
manchas rojas y potas adornan mi suelo,
miro mi techo y si lloro se parece al cielo
y al infierno más amargo si ya no tengo para beber.
Odio que el tiempo pase tan lento
pero me desespera que se pierda,
es significa que o yo no tengo reflejos
o que la realidad es una quimera,
que el tic tac se clava como agujas en los tímpanos,
deseando que pasen las veinticuatro
con Dioniso y con Thánatos.
Porque tenemos una diatriba
y algunos tememos el dolor pero
ya no se teme tanto a la muerte.
Y como siempre reflejando la misantropía
en cada verso que escribo,
como sino podría seguir soportando el llanto
que empaña con sal las largas tardes
sin tu aliento en mi cuello.
Ya deje de creer en el amor platónico
y en la primera vista de los campos en flor,
cuántas veces te prometieron Salomón
y te dieron cielo negro de dolor.
Yo quiero un cielo rojo lleno de furia
y de pasión, claras noches de luna entrando
por la ventana de mi habitación,
que me gustaba morder tu lengua
y hacerte daño y ahora te tengo a kilómetros
y el daño me lo haces tú.
Noches han pasado a ser soledad con ansiedad
mezcladas con un cafe y un trankimazín
para palidar tu cara y para paliar
el dolor que causa esta ausencia.
Me despierto tres veces cada noche antes
de la definitiva, no sé por qué será,
si es mi móvil con una perdida,
si es que hay algo que me mata como cáncer
de forma lenta
o que escucho tu voz de fantasma
entrar por la ventana.
Dos panes en la repisa y un celo para pegar
los pedazos de este sinsentido que forma
remolinos de ansiedad, un montón de libros
que me enseñaron que la vida
puede ser mucho pero
pero quién coño es cada uno
y como podría controlar el timón
de mi sino.

lunes, 26 de marzo de 2012

.

Con lágrimas en los ojos, con el pene ensangrentado,
fue un adiós muy doloroso
PERO YA SE ME HA PASADO




viernes, 23 de marzo de 2012

Paso de tender

Joder, tengo que tener, que la ropa se arruga
pero paso oye
que tienda el sol
que a mi eso de secar las penas
me va hacerlo con alcohol barato
y cagándome encima.
Living is beautiful
dice Kase-O por el altavoz
y sonrio como una puta
a la que le dan cincuenta euros
que usará para ponerse un gramo.
Ponche de ácido lisérgico reposa
sobre la mesilla
y se me olvida que iba a escribir
porque Kase-O sigue escupiendo maravillas.
Creo que iba a escribir sobre lo de siempre
una putilla que no me deja dormir
y hace que me palpite el párpado.
Bah, hoy no, no me apetece tender joder,
ya lo he dicho.

Me gustan los viernes

Tengo un trabajo de mierda,
en mi contrato pone que soy limpiabotas
pero no lo soy
y tengo que madrugar mucho,
recuerdo que Bukowski decía
que nadie podía ser feliz si se levantaba
antes de las doce del mediodía
o algo así.
Pero hoy no está tan mal esto
porque es viernes
y yo terminó y llego a mi casa,
he comprado un litro de cerveza
y son las diez de la mañana,
empiezo a sentirme mejor.
Pienso que debería leer más,
como leía antes,
que caían cuatro o cinco libros
por semana,
fácilmente.
Creo que ya no leo apenas
porque ya no encuentro libros
que me la pongan dura.
Exacto, un libro no me gusta
sino me la pone bien dura
como el ala de un avión.
Recuerdo esos excitantes momentos
cuando me empalmaba leyendo
como Kerouac veía cohetes amarillos,
o cuando Welsh contaba
como un nieto y su abuela
compartían heroína,
o también cuando Ivanovich
perdía su último rublo.
Y lo dicho, hoy es viernes
y no voy a madrugar hasta el lunes,
parece tontería pero para la felicidad
es muy importante no madrugar
y me he dado cuenta ahora.
Podría dejarlo y no supondría ningún problema,
pero ese minisueldo es lo que destino
a alcohol
y no tener eso sería más problema aún.
Me he puesto cachondo y me la saco
para tocarme un rato
y miro horrorizado
que en medio de la polla
me ha salido un lunar rojo enorme,
ayer no lo tenía.
No he ido al médico ni cuando tenía cuarenta
de fiebre y esputaba sangre
pero el lunes iré,
esto es serio.
O no, ahora veremos.

jueves, 22 de marzo de 2012

No hay alcohol.

Estoy en una casa que no es mía
es muy bonita y está
frente al mar
como debería estar todo.
Yo me levanto temprano,
son las doce y estoy cansado
de la noche anterior.
Me duele la cabeza.
Pero salgo a la terraza
y veo nubes al fondo
de un mar que está enfadado
por todos aquellos que dejamos
de luchar y de esforzarnos.
Todo nos da igual.
Y me voy encontrando mejor
mientras oigo dos voces,
una que me dice que despierte
y otra que me dice
que vaya a la cocina
y me sirva un whisky con hielo.
Hago caso a la segunda,
como siempre.
Y voy y me hago un cubata
recien levantado,
no hace falta comer,
me alimento de pensamientos
y ansiedades.
Cojo una nevera llena de hielos,
una botella de Four Roses
y otra de Cocacola,
un paquete de tabaco entero
y un mechero que prende muy bien.
Libreta no hace falta,
la llevo dentro.
Y salgo y me siento enfrente del mar
mientras bebo y bebo y fumo y fumo
y pienso.
La gente pisa la arena, descalza,
pero con unas botas pesadísimas
de problemas.
Me imagino ser cada una de esas personas
y las imagino felices a la mayoría,
me da envidia.
Sigo bebiendo mientras el crono
se vuelve loco y el sol cae como una bomba
a esa cortina sin color.
Me empiezo a marear un poco
y veo que son las doce de la noche
y la botella está vacía
y el paquete de tabaco también.
Me pregunto qué habrá pasado
todo este tiempo que he estado bebiendo
y contemplando como una monja.
Y llego a la conclusión de que
me da igual,
y de que ya no hay alcohol
y me vuelvo a la cama

borracho.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Horror

Ya hemos llegado al seco
y nos empezamos a mojar
que siempre hemos ido a muerte
y nos gusta demasiado perdernos
para luego encontrarnos.
Cuatro hielos y por la mitad,
fifty fifty lo puedes llamar,
másmola siempre esa expresión,
es como aceptar la soberanía
sobre tu vaso
pero no sobre tus acciones futuras.
Eh, vamos a calentarnos
las narices,
venga,
¿qué prisa tienes? dime, ¿qué te pasa?,
nada, solo que me gusta
calentarme la nariz
y pintar las carpetas con tarjetas
de la biblioteca.
Ya, pero, ¿qué te pasa?
nada, solo el rollo ese de olvidar,
de perderme y encontrarme,
apaga las luces,
que viene la nacional.
Otros cuatro hielos y un setentaycinco
veinticinco, que se me ha abierto
una herida en el alma
y en la nariz,
I need more and more.
Creo que han venido los guardias,
entremos,
y ya todo se difumina,
delirio etílico que nunca podré contar,
salvo que ya no quedan hielos
ni piedras en el bolsón.
Eh, sigamos, vámonos de gaupasa,
por cierto, ¿qué fue antes?
¿el huevo o la gallina?,
¿la gaupasa o el spiz?,
ni te imaginas lo que sufro,
que ansiedad me entra en la cabeza
cada vez que pienso en ti
y te echo de menos,
qué tonterías puedo llegar a decir
para intentar que me hagas caso.
Y nos secuestran a cuatro ruedas,
y lo próximo que veo es un tío reflejado
en un portal
solo y llorando.

Me cago en vuestros muertos

He dicho

asdsdadas

Hoy ha salido el sol y me duele el pecho, y cuando pasa eso los pupitres y los estuches me dan demasiado miedo, como cuando estamos desnudos y tímidos. Cuando ocurre esto no queda más que tirarse al monte previo paso por la bodega, cosa necesaria para templar el solear que pega. Se me ocurren muchos sitios, pero solo uno vale: aquel por donde las mujeres esquían, ese sitio en el que hay un banco que tengo marcado en la espalda, donde las ojeras y las arrugas se esconden tras las gafas de sol.

No hay más paisaje que el sol y unas antenas de tensión, pero no hay sitio más bonito. Estoy ansioso porque pienso, y ya me duele el cuello, no solo de dormir mal por la misma historia incompleta que nadie tiene cojones a firmar, sino de mirar a los lados. Estoy paranoico, y tengo alucionaciones, veo a un viejo que camina a cien metros y me coloco en posición, porque creo que eres tú. En el desierto se sufre menos.

Ya han pasado doce horas y el tiempo de almohadas. Y me voy. Porque siempre hay que irse.


"Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido."

jueves, 16 de febrero de 2012

pollos

Te dije que estaba harto de tu cara y tú te marchaste llorando y dando un portazo. Y era verdad. Estaba harto de tu cara y de tus costumbres. Déjame en paz, te solía decir.

Recuerdo un día como hoy. Yo estaba escribiendo y bebiendo montones de cervezas, y fumando montones de cigarros. Yo estaba enfermo. Llegaste y me viste tirado sobre el teclado, mirando a la pantalla como si fuera el vacío de un alma que debe ser llenada, pero no encuentra como. A mis lados un cenicero empachado y latas de cerveza y una botella de whisky. Te pedí un beso y me escupiste.
No dije nada, sólo cerré la puerta, y no recuerdo realmente si lloré, pero creo que sí. Y seguí. Y me quedé sin tabaco y bajé. Y compré más cerveza.

Escribí algo más y bebí mucho más, y vomité sobre nuestra cama. Después me caí y perdí el conocimiento. Cuando me desperté tú no estabas. Sólo quedaba un agradable olor, la cerveza y una nota que me daba una patada en el culo.

Al día siguiente volviste y te pedí perdón, y me volviste a escupir. Te escupí yo y luego hicimos el amor sobre la mesa de la cocina. Y al terminar te dije que te fueras y no volvieras. Que estaba harto de tu cara.

Y ahora te echo mucho de menos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

De las pajas con hombres de cuarenta años.

Era mi último día de trabajo en el hospital. Me habían despedido ese mismo día, sin previo aviso, me dieron un cheque y una patada. Sentí alivio, estaba hasta los huevos de las mierdas de los viejos, de madrugar y, sobre todo, de la panda de gilipollas que trabajaba allí. Dejé el uniforme, no me despedí de nadie y salí de allí. Cogí el coche, me encendí un cigarro y puse la música a un volumen insultantemente alto. Me sentía bien, me sentía liberado, y con un cheque en el bolsillo.

Llegué a mi barrio y compré unas cervezas. Fui al picadero, una zona de descampados en la que el sol quema y donde nadie molesta. Aparqué y me puse a beber dentro del coche, mientras la música seguía reventando mis oídos. Salí del coche y me apoyé en el capó, a disfrutar del sol y a beber. Entonces, un hombre de unos cuarenta años, gordo, salió de una furgoneta aparcada unos metros detrás mía y se dirigió hacia mí:

-Hola, ¿cómo va eso?
-Pues aquí, tomando una cervecita tranquilamente.
-Joder, yo vengo del curro y estoy harto, estoy igual que tú, relajándome con una cervecita.
-Al menos tienes curro, a mi me han echado hace un rato. Ni las gracias me han dado.
-Bah, no te preocupes por eso. Ya encontrarás otra cosa. Ahora lo que tienes que hacer es beber cerveza y echar un polvo.
-Lo de la cerveza es fácil, lo de follar ya llevo unos meses de sequía. Parece que se han escondido las guarras.
-Ya chaval, yo estoy igual, pero al menos me hago pajas a diario, y eso me relaja.
-A mí eso..ya ni me calma ni nada. Yo necesito algo más, creo que amor, pero me da mucho reparo y mucha pereza.
-Tengo revistas porno hasta en la furgoneta por si me entra un apuro jejeje. ¿Quiéres verlas?
-Naaah, gracias, no me apetece.
-Anda, vente y si quieres las vemos juntos y nos lo pasamos bien. Ya me entiendes.
-No, no te entiendo.
-Pues las vemos juntos y nos hacemos unas pajas ahí en la parte de atrás de la furgoneta, así nos relajamos juntos, ¿qué te parece?
-Me parece que eres un maricón.
-Jajajaja, no, no soy maricón, eso no tiene nada de maricón. Venga, anímate.
-Vete a tomar por culo, o a que te den, que parece que es lo que te gusta. Vete que la vamos a tener.


Y se fue y se metió en la furgoneta.


Ya ni una cerveza de relax puedo tomarme en mis dominios.


viernes, 10 de febrero de 2012

Días sin hipnos.

Tengo esos días a veces,
que mi cerebro actua como el spiz
hace todo lo posible para que no duerma.
Me quedo metido en la cama
y veo salir el sol mientras muerdo el aire,
mientras muerdo el techo.

Entonces me levanto y parezco un oso panda,
abro la nevera y saco una cerveza,
pongo una canción de esas
con las que puedes hacer 500km
y no darte cuenta.

Salgo a la terraza y el sol ya está puesto,
está caliente y solo,
como yo.

Llega un estribillo bueno y yo sonrío
mientras me meto la mano en los huevos.
Voy a encenderme un cigarro,
después de todo la vida
no está tan mal, ahora me siento bien
aunque las piernas me tiemblen.

Otra vez llegas tú al cerebro,
tú que eres como el spiz,
como un amigo muerto,
como miles de personas gritando
una canción que han escuchado mil veces
pero no pueden dejar de cantar-la.

Entonces intento dormir otra vez.
Putos pájaros.

viernes, 3 de febrero de 2012

Microrrelato

- Ey, oye, ¿estás despierta?

- ...

- Chsss, eeeeh, ¿estás despierta o no?

- ..mmm......

Y bajando despacio hasta su oído:

- Que sepas que eres una zorra, te odio, solo te follo por desprecio, hija de puta.

- ¡¿Cómo?! ¿Qué coño has dicho?

-Que descanses, cariño.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Misantropía

Siempre estaba pensando en que le gustaría ser un vagabundo en un sitio rural y calentito, un vagabundo deluxe sin más pertenencia que un corazón en forma de pájaro. Pensaba en esas cosas que había leído hace ya mucho tiempo, en todo lo que tiene que hacer un hombre para comer, dormir y vestirse, en que te exigen trabajar y desperdiciar y encima estar agradecido por ello. Él no quiere eso. Él quiere libertad total, de acción, movimiento, quiere un calcetín del revés. A menudo sueña que es Dios, y disfruta oprimiendo, ahogando y agavillando a toda persona buena como si las fauces del destino fueran el cajón de un sastre o la despensa de una bodega. Está ebrio todo el tiempo, aunque quiere realidad. Además de soñar con Dios habla con él, ya que se pasa el tiempo hablando consigo mismo, y no precisa estar de pie delante del viento, solo quiere estar relajado, desnudarse cuando todos se visten y acostarse cuando todos se van a dormir. No quiere nada para el cementerio, no quiere una lápida, solo un árbol al que dar de comer. Ojos encendidos y bolsillos silenciosos, como dogma, como fe, como esclavitud y como despertar. ¿Qué esperar?


"Mi objeción hacía la guerra no era lo de que tenía que matar a alguien o ser matado sin ningún sentido, el argumento clásico que difícilmente funcionaba. Lo que yo objetaba era que me negaran mi derecho a sentarme en un cartucho, no pegar golpe, beber vino barato y volverme loco por mi cuenta y riesgo." 




.

Sí, recuerdo esa otra tarde. Así era, esperando a la espera, sin nada que hacer, sentado en la acera, mirando crecer el asfalto, apurando un litro de tantos, pensando en mi vida, mis risas y mis llantos, pensando en aquella tía que nunca me mira, qué le he hecho, es peor que aquello de a lo comido techo. Ahora has llegado tú y ya me levanto, me pides un beso pero yo te desplanto, echamos a andar hacia nuestra guarida, hacia nuestro descampado, yo te hablo y tú pareces aburrida y yo me siento abandonado. Ya allí sentados frente al tunel la vida nos consume y nos ponemos borrachos, yo borracho de alcohol y tú borracha de odio, tratando de hacer de la tarde un nuevo episodio. Me miras y me quedo paralizado, al final acabamos follando aquí vestidos y el sofa queda carbonizado entre gemidos, nunca encontrarán nuestros cuerpos derretidos y aunque muramos sabremos que hemos vivido más de un millón de vidas en este sitio. Ya era hora que te decidieras después de tantas patadas, después de tantas caras que no dicen nada, aunque me he quedado decepcionado, pensaba que iba a follarme a Dios pero Dios no ha venido, se debe haber quedado mirando.

Just a perfect day.

Bueno, recuerdo aquel día tan cojonudo. Me levanté hecho un cadaver, como de costumbre, pero en ese momento no me importó porque me acordé de que tenía cerveza en la nevera. Además tenía la polla tiesa, y eso siempre es un buen despertar en el mundo de los no vivos. Me senté en el sofá, puse una peli porno de esas antiguas, donde las mujeres van con un gato sentado entre sus piernas, con la cerveza en una mano y mi polla en la otra. Me encantaba el hecho de estar machacándomela y bebiendo a la vez, me sentí muy poderoso y no tardé nada en ensuciar la mesilla donde descansaba un cenicero con un cigarro encendido.

Ni me limpié ni nada, me sentía cerdo, muy cerdo, y quería sentirme así al menos todo un ratito de vida, o hasta que el sol se fuera de mi ventana. Los cigarros caían y la cerveza se evaporaba en mi lengua. Mi polla se volvió a poner tiesa, pero no me apetecía masturbarme, al menos de una forma convencional. Entonces salí a la terraza con la polla como un gaseoducto iraní, y con la cerveza y con el cigarro. Me acerqué a la baranda, apoyé el nabo en la repisa de piedra y la frente en el quitamiedos de metal. Me invadió una sensación de paz que era mejor que follar vestidos. La brisa daba en mi pene y era como si me estuviera masturbando, además el sol calentaba mejor que un coño espídico. Salió la vecina de al lado a su terraza y me vio, y yo jugué a ser herrero con mi polla, sí, empecé a martillear la repisa y se metió para dentro corriendo.

Entré en casa y cagué. Me hice otra paja. Me terminé la cerveza. Me fumé otro cigarro. Me metí en la cama y me dormí. Just a perfect day.

martes, 31 de enero de 2012

Punto

Se han abierto las puertas.
Pero las voy a cerrar, afuera los fuelles enrroscados
tratan de avivar las cosas muertas,
los lugares abandonados.
Es algo normal, así que estamos encerrados,
y me imagino que tú eres Nancy y yo Sid,
también cierro las ventanas y los libros
pero abro una botella y una conversación.
Te digo que estás guapa, como una fugitiva, como Bonnie,
como una mamada en un coche, como cuando se estropea el despertador,
como un boxeador sangrando.
Otras veces miento, no ya otras, sino siempre
que sale el sol, y sino sale le amenazo con encender las farolas
o con bajar la persiana para masturbarme y que no me vea.
Rascar las espaldas de la vida no fue un problema nunca,
otros apenas pueden rascarse la cabeza
o des-cantarnos mientras la herrumbre juega a ser sorda.
Se trata de un juego de patio trasero,
y yo te quiero tan pegada a mi
como su sombra al viajero,
nunca fue tan amargo descolgar el teléfono.
Te lo vuelvo a decir, estás guapa como una cerveza fría,
como correrse a la vez las noches de un lunes,
debemos ser fumadores y aspirarnos
hasta que nos hayamos consumido
o hasta que yo deje de ser un limpiabotas o un Dammher.















Cosas viejas

Me late fuerte el corazón, y me palpitan las venas de la polla. Estoy pintando y cuando termine el cuadro me latirán más fuerte. Y suena Hurricane de Bob Dylan, y fumo un cigarro que me encontré en la acera cuando volví de comprar whisky..

Me miro la mano y veo la cicatriz que me hice cuando discutí contigo, le pegué un puñetazo a un cristal y se convirtió en autoscopia negativa. Luego tú te fuiste y yo también me partí. Me di una ducha, no por vanidad, sino porque creí que volverías y te gustaría que estuviese limpio. Pero no has vuelto y me he vuelto a ensuciar de ceniza el corazón. Quién me iba a decir que un segundo era tan jodidamente lento en el devenir de las circunstancias, y que los sudores fríos te empapan hasta el alma.

El perro me mira y tarareo la música mientras le agarro las patas. Baila conmigo, se sumiso y baila conmigo. Y sale corriendo y me roba un calcetín en el camino. Tengo aquí delante una foto tuya. Ojalá pudiera retener tu alma con una foto, como hacían antes. Guardaría esa foto en mi bolsillo siempre, bien pegada al paquete. O quizá me la graparía en el pecho. Según el dinero que tenga ese día.

Sin título.

 -¿Crees que deberíamos salir de la cueva? Llevamos ya mucho tiempo aquí dentro.

· No lo sé, aquí parece que se está bien. Tenemos un poco de comida y una hoguera, ya sabes que siempre nos entretenemos mirando las paredes y el salto de las ascuas.

-Lo sé, pero a veces pienso que me gustaría ver que hay fuera, conocer gente, pisar una flor, o plantarla, tengo dudas.

·Probablemente si salieses te caerías al suelo.

-¿Por qué?

·Porque afuera hay lobos, y asustan mucho. Una vez salí sin querer y los vi. Me tembló hasta el pelo.

- Pero, ¿eso qué importa?, te recuerdo que aquí tenemos armas y munición, podemos salir y defendernos.

·No te engañes, por muchas balas que tengamos nunca es suficiente. Siempre vendrán más lobos. Afuera necesitaríamos arcángeles cargados con la ira de los que reinan fuera de este mundo. Es muy complicado. Aquí, sin embargo, solo necesitamos dos balas, para cuando se apague el fuego.

lunes, 30 de enero de 2012

Cosas muy viejas.

Salía y saludaba al tipo con corbata posado en el árbol, mientras lo sobrante de la cerveza terminaba de evaporarse de su desgastado cuerpo. Vestido de oso, desnudo debajo, pisando polvo y con una úlcera de pensamientos. Suelta humo, y es como si estuviese encendido por dentro, sus ojos chispean con el roce del sol.

Un vaso es su mano y el orujo es su saliva.No hacen falta cremas ni azucar, ni tintes baratos.
Recuerda a una tipo del espejo que era mucho más guapo. Le envuelve el humo y chocan avispas de envidia contra el cristal.
Un fusco se eleva más alto que Dios, y él tocando el aire y componiendo sonetos húmedos, que son inertes pero saben sentir.

Saluda a las flores, que ya huelen a cobre, el tipo de corbata a caído del árbol, la lluvia ahora vuelve a las nubes grises formadas en su techo, el oso ha vuelto a la cueva y la úlcera se ha vuelto hierro fundido.

El espejo ahora tiene mil caras y las avispas están contando polen, una ola se rompe y forma llameantes lágrimas.

De vuelta con Tanatos.

Dormir, ¿para qué dormir?. Las drogas harán el resto. ¿Vas a venir? No, mejor me quedo en mi casa, prefiero estar en la cama, pero te voy a contar una mentira para que no te enfades conmigo.

Luego llegaste tú de forma suave, entraste acariciando ligeramente, luego sacaste la batería y me diste un concierto de percusión que me costaba creer. Algún hijo de puta me pisaba el pecho, luego me di cuenta que era yo mismo. Conseguí vivir una vida en microsueño, en alucinación hipnagógica. Sí, todo se convirtió en una vida fabricada con sentencia. Entonces empezó, tú subiste en mi carro y la apariencia de los límites del mundo se volvió un mar podrido, un mar que brillaba mientras las olas verdes caían a la tierra. Tengo dudas, si la acción era un sinónimo de vida, ¿por qué te convertirse en Tanatos? No tenía sentido. Volviste a la batería, y de verdad creía que aquel era el último latido de una existencia carente de sentido. Todo podía acabar, y acabo con la muerte en mis rodillas.

¿Y sabéis lo mejor? Que era un tren que paraba en cuando yo tocase un botón, una línea de muchas paradas. Y no quise bajarme en ninguna.

viernes, 27 de enero de 2012

Entre catenarias

Antes me gustaba andar por las vías. Encendía un cigarro, escupía en el suelo e iba por la linde hasta que me apeteciese o hasta que ya no podía pensar más. Me gustaba pensar sobre las vías. Siempre veía dos tipos de vías: las primarias y las secundarias. Las primarias son aquellas que albergaban el tránsito principal, los trenes grandes e importantes y las mercancías valiosas. Las secundarias eran iguales que las primarias, la única diferencia existente es que alguien había decidido que eran menos importantes y no podían hacer frente a la demanda de la primaria. Entonces un día me di cuenta que de eso se trataba, de que los hombres estábamos destinados a ser vías secundarias por capricho de los maquinistas.

Y volvi a escupir al suelo.